Salimos a las 10:15 después de desayunar juntos y emprendemos la salida por el famoso puente que construyó el propio Sto. Domingo. Enseguida nos desviamos a la derecha de la carretera y emprendemos el camino. ¿Hoy que tocará? VIENTO. Un viento de frente que no nos deja ni escuchar la charleta.
Nos hace penosas las suaves pendientes y nos azota la cara constantemente. Así vamos avanzando hasta Grañón, el último pueblo de la Rioja. 
Seguimos avanzando hasta Redecilla del Camino entre los verdes campos de trigo. La construcción de la autovía nos hace realizar alguna desviación señalizada provisionalmente. Esta villa es la primera de Castilla-León y procedemos a sellar nuestra credencial. Seguimos avanzando y pasamos por Castildelgado, Viloria y Villamayor del Rio. En este tramo comienza a llover y el camino se embarra aún más de lo que estaba estos días atrás. La rueda de atrás pierde estabilidad y hay que ir con cuidado.
Por fin llegamos a Belorado que está en fiestas y la banda de música nos ameniza en la plaza Mayor, así como unas jóvenes lugareñas ataviadas con sus trajes típicos. Allí encontramos a un colega en bici que nos dice en inglés que estuvo en la misma pensión que nosotros en Sto. Domingo de la Calzada. El es bombero alemán y viene desde Munchen en bicicleta. Fue a Lourdes y luego regresó a Roncesvalles para retomar el Camino Francés. El 27y tiene el vuelo reservado en Santiago de Compostela. Hoy va a dormir en el Cuartel de Bomberos de Burgos. Nos enseña la foto vestido de bombero con sus colegas en Alemania. A continuación aparece la pareja de holandeses. Ya somos viejos amigos y nos saludamos con efusión. Incluso esta mañana coincidimos desayunando juntos. Sigue lloviendo y decido ponerme, además del chubasquero, el pantalón de aguas. Al final voy a ir sólo yo por camino. Mis amigos optan por la carretera ante la amenaza del barro. Salgo de Belorado y me dirijo a Tosantos. Efectivamente, el barro comienza a aparecer y la lluvia persiste. 
Una pareja de jóvenes bikers alemanes van delante de mi. En un momento me pongo a su altura y nos saludamos. “Where's your bag?” me preguntan ya que ven que yo no llevo alforjas. “My wife”, le respondo. Me preguntan algo que sólo entiendo que desde donde vengo y hasta donde voy, y respondo: “From Roncesvalles to Compostela”. Y pienso, tengo que preparar más mi defectuoso inglés... Sigo avanzando, ya que voy más rápido que ellos y llego a Villambista y Espinosa del Camino. Cada vez llueve más y hay más barro. Pero yo continúo, indiferente al desaliento. Estoy disfrutando y pienso: “Por lo menos no hace viento”. Así llego a Villafranca de Montes de Oca, donde encuentro a uno de mis amigos, Argimiro que está esperando a Román que viene un poco más atrás. Pasa el bombero alemán y nos informa: “Your friend, two minuts”. Yo sigo para abordar el alto de la Pedraja a 1149 m. de altitud y Villafranca está a 949 m. No son muchos, pero 200 m. en 4 km. Seguro que me aguarda más de una “tachuela”. De entrada una cuesta con 26% de desnivel con barro y piedras. La rueda de atrás no me tracciona, así que ya empezamos: pié a tierra.. Menos mal que es poco y ya llego a un terreno con tierra batida y buen firme. Comienza a llover otra vez y según voy subiendo se convierte en granizo fino pero que me golpea la cara. El paisaje es hermoso. Voy solo, no hay peregrino alguno por esta zona. Los árboles son robles jóvenes y los pajarillos salen cuando escampa a acompañarme con sus trinos.
No tengo cultura de pájaros, pero los veo con diferentes y llamativos colores: quizás algún jilguero, ruiseñor... También oigo al cuco en la lejanía. Pero otra vez a llover y los pájaros cesan sus trinos, quizás guareciéndose de la lluvia. Aparecen, después de una larga y continuada subida, unos repechos más pendientes que nuestra “Cuesta Rogelio” de la Groba, en Baiona. La subo entera por el prurito de “yo aquí me niego a poner pié en tierra”. Al llegar arriba tengo que coger aire casi que con la mano... Después ya comienza un cortafuegos lleno de barro. Aquí ya hay peregrinos que penosamente se van resguardando de la lluvia con sus amplias capas-chubasqueros, pero no del barro que no tienen forma de evitarlo. Yo sí, porque quien pisa el barro es la rueda. Yo divinamente recibiendo las salpicaduras. Voy hecho un barrizal todo yo... menos mal que llevo el pantalón impermeable y estoy salvando el coulotte largo. Los discos chirrian al rozar con las pastillas y el barro, supongo, pero tengo ganas de llegar para ducharme y tomar algo... Así sigo por un bosque de pinos y luego ya una buena bajada hasta Juan de Ortega, donde está nuestro alojamiento, llamado “La Henera”. Allí me encuentro al dueño que al verme me da un cubo y un cepillo y me dirige hacia una fuente. “¿Pero donde te has metido?, parece que vienes cagado. Mejor mete la bici en el estanque”. Así lo hago y a continuación me meto debajo de una agradable agua caliente. Lavo el chuvasquero, el pantalón, las botas y los calcetines y... a secar en la calefacción, que por cierto es fuerte, afortunadamente. Luego van llegando mis colegas y vamos a comer un bocadillo con una botella de vino tinto con gaseosa al lado de la Iglesia y Monasterio de S. Juan de Ortega.
De pronto aparece un autobús suizo con un remolque para bicis. Me llama la atención y así se lo comento a mis amigos. Al cabo de un rato se bajan los conductores (pues venía sin viajeros) junto con otra persona y vienen hablando en gallego. Les pregunto de donde vienen y me dicen “de Suiza, traemos a un grupo de ciclistas”. Me intereso por el autobús y me lo enseñan. Una maravilla. El remolque es un artilugio eléctrico que porta hasta 40 bicis. Uno de los gallegos es el organizador de la Agrupación gallega “Galicia Nova” de Suiza que organizan salidas de este tipo. El se encarga de la logística. 
En este caso vienen 18 bikers de carretera que están haciendo 120 kms. y van a dormir a Burgos. Me dan sus datos y me dicen que cuando queramos organizar algo, incluso conjuntamente, con la asociación, que allí están. (Ojo, Jose, toma nota). Luego me echo una reparadora siesta y ya a cenar... Planes para mañana, hacer el resumen y... a dormir. Mañana nos queda una etapa larga hasta Castrojeriz (unos 70 kms.)
Track y datos aquí.
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