Ya encontrado el río, seguimos bordeándolo. Ya se ve que nos acercamos a Viena que comienza a intensificarse el tráfico, tanto por el río como por la pista de bicis.
...y Tulln, con su original fuente.
Y entramos en Viena. Aquí ya hay que andar espabilados. Pongo la dirección del apartamento, pero, al decirle que por carretera, me está buscando calles con direcciones para coches. Debemos corregir el rumbo constantemente, teniendo en cuenta, también, los carriles bici.
Como se hace largo el encuentro del apartamento, paramos en un quiosquillo para tomar un bocadillo y una cerveza. El Garmin me dice que faltan 8 km. para llegar al apartamento, pero no me fío. No sé la ruta que me está buscando voy a improvisar siguiendo el mapa del GPS y dirigiéndome siempre al punto de destino lo más recto que pueda, siguiendo carril bici.
¡Eureka!, ya aparece la calle... y el apartamento. Llamamos al telefonillo. Ya nos están esperando.
Magnífico apartamento. Gran salón, amplias habitaciones... Perfecto, gracias a Homeaway. No hay como tener sobrinos que utilizan este sistema. Nos lo apuntamos para la próxima.