Hoy comenzamos la última etapa de esta travesía. Estamos ansiosos y, a la vez, tristes porque la aventura, como todas las aventuras, toca a su fin. durante el desayuno hablamos de la necesidad de ir diseñando la siguiente. Buena señal. Hemos quedado satisfechos, a pesar de las dificultades. Así, con estas cosas y la preparación de nuestras monturas, afrontamos la última etapa. Román, el valiente, aunque no durmió en toda la noche y sin desayunar, no quiere dejar sin terminar la aventura y dice que aun que sea a pié, arrastrándose, o como sea quiere llegar a Santiago hoy. Salimos de Melide. Yo retomo el camino, pues ellos han decidido seguir la carretera de Lugo a Santiago hasta las inmediaciones del Monte do Gozo, donde hemos quedado de vernos. Yo esta ruta la tengo reciente, pues hace menos de un mes que la realicé cuando hice el Camino Primitivo. Paso Boente, donde entro en la capilla, como la vez anterior, a sellar y visitar la estatua del Apóstol. Continúo por Castañeda y llego a Ribadiso donde sello, también, como la vez anterior. Así paso Arzúa sin detenerme y atravieso Preguntoño, Calzada, Calle y Boavista y empiezo a remontar el alto de Santa Irene. Llego a Pedrouzo, paso por S. Antón, Amenal y Cimadevila. Ya solo faltan 15 kilómetros para O Monte do Gozo. Rodeo el Aeropuerto. Hoy hay peregrinos, pero no tantos como ayer. Es lunes. Un colegio de niños de Melide están haciendo el camino con sus profesores. Los niños son increíbles. Alguno viene corriendo a mi paso para hacerme preguntas. “¿De dónde eres? ¿Desde donde vienes? Pues hace un rato pasaron otros que también vienen de Roncesvalles. Buen camino”. “Hasta luego, campeones”, les respondo y sigo mi marcha. Atravieso Labacolla, Villamaior y S. marcos y llego, por fin al Alto do Monte do Gozo. Mis amigos acaban de llegar también. ¡Cómo me alegro! sobre todo por Román. Está eufórico y contento. Dice que es el día que mejor se encuentra. ¡Y sin comer!. Me cuentan que pasaron una pandilla de niños de un colegio… Así que… ¡eran ellos los que me contaban los niños que acababan de pasar!. Hacemos las fotos de rigor y continuamos juntos la marcha hasta la Plaza del Obradoiro. Allí nos esperan las chicas. Vamos con la fila de peregrinos que entran en Santiago. Una pandilla de ciclistas catalanes se unen a nuestra comitiva. Entramos en la ciudad por las calles empedradas y llegamos al Obradoiro. Allí están Marisol, Juanamari y Asun esperándonos. Nos abrazamos. Brindamos por la finalización de la etapa y de la aventura. Luego vamos a recoger la Compostela y a comer para dirigirnos a casa.
Satisfacción de terminar, de cumplir los objetivos marcados, de compartir tantas experiencias con tan buenos amigos. Tenemos en nuestra retina tantas imágenes… en nuestra memoria tantos episodios… Las poesías de Román, las bromas de Argimiro… En fin. SATISFACCIÓN.
Nos quedan ganas de repetir otra parecida. Ahora necesito unos días de descanso. Las piernas las tengo bien, pero parece que me piden por lo menos 3 ó 4 días de descanso.
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