Con la mañana fresquita comenzamos a pedalear para llegar a Lestedo, Mamurria y Abenostre. Todo el tramo está plagado de hermosas casas rurales. Por el camino encontramos a los dos peregrinos que habían dormido en Paloma y Leña. Así llegamos a Palas que pasamos y enfilamos hacia Leboreiro donde paramos a admirar su hermosa iglesia románica y sellar en la misma. Había cola. En Boente paramos (lo hago siempre que paso por este lugar) a sellar y visitar la hermosa capilla de Santiago. El párroco nos recibe: "Sois la alegría de este lugar". Hablamos con él un rato y seguimos. Así llegamos a Melide, que sobrepasamos para descender a A Peroxa. En Ribadiso paramos a hacer una foto. Cientos de peregrinos nos encontramos hoy por el camino. Excursiones de niños. Vecinos de A Coruña. En fin, la que nos espera mañana... Sobrepasar grupos de más de 50 peregrinos se hace un calvario. Hoy Xabi ya no se resiente tanto de la rodilla, Sara sigue expresando lo feliz que está pasando por las corredoiras flanqueadas y "tuneleadas" por hermosos carballos. A Xabi se le ve contento y disfrutando. Así llegamos a Arzúa, donde nos esperan Marisol y Duna y una espléndida ducha en la pensión Vilariño-Moscoso. La hospitalera nos recibe muy atenta y nos ofrece todos los servicios de la casa. Se lo agradecemos, sobre todo aceptar a Duna. Comemos, por su recomendación en casa Chelo. Excelente.
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