Salimos a las 8:45 del Acebo, bajando con cuidado hacia Riego de Ambrós y Molinaseca por carretera. En esta última pasamos por medio del pueblo para dirigirnos a Ponferrada. Siguiendo siempre las flechas, atravesamos Columbrianos, donde sellamos en su hermosa capilla y llegamos a Fuentes Nuevas para reponer los bidones. Llaneando todo el tiempo alcanzamos Camponayara y, por una hermosa pista entre viñedos, arroyos y cerezos cargados de fruta, desembocamos en Cacabelos. Paramos en la Moncloa y fuimos a sellar la credencial. Nos sorprenden con la agradable noticia de que tienen por costumbre agraciar a los peregrinos con un vino y un trozo de empanada. ¡Cómo se lo agradecimos...! Estaba todo buenísimo. Ya desde Cacabelos, otra vez entre viñedos, alcanzamos Villafranca, la señorial villa de la madre de mi tatarabuela Rosalía. Llegamos al albergue La Piedra y después de una deliciosa ducha fuimos a comer en la plaza del ayuntamiento el menú, bien merecido, del peregrino. Hoy Sara y Xabi (y yo!!!) disfrutamos un montón. Ellos ya están en mejor forma, ¡Cómo se nota la edad! A la tarde, después de la siesta, nos fuimos a dar un baño a la playa fluvial. Una delicia... Luego cena en el magnifico restaurante Nacho, que ya nos había recomendado mi amigo Arturo Jato y de retirada, previo paseo de Duna. Mañana nos queda la subida al Cebreiro...😉
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